La
primera consideración importante con respecto al ejercicio, es que la forma
física disminuye la mortalidad a cualquier edad y mejora la calidad de vida de
las personas que sufren enfermedades crónicas.
Las
mejoras alcanzadas con el ejercicio van mucho más allá del simple aspecto
físico. A través del mismo los niños logran incrementar su autoestima, reducir
las actitudes negativas, mejorar el rendimiento escolar, y fomentar la
capacidad de concentración y actitud participativa.
El
ejercicio tiene un componente físico y que se relaciona con el componente
muscular, la actividad ósea articular, la actividad cardiopulmonar y la
coordinación motriz, pero también tiene un componente psíquico que depende de
la cooperación, la superación y la autoestima.
Siempre
surge la inquietud por parte de los padres: “Doctor, mi hijo siempre que corre
se cansa, ya no le permito moverse ni siquiera de la silla”. Esta inquietud
también se traslada al ámbito docente educativo, cuando los profesores tienen a
un niño asmático, que siempre vive “apretado del pecho”, “cansado” y con tos
cada vez que realiza educación física. En este último caso, se recomienda
evaluar al niño de forma escrita.
Por
eso la pregunta importante es: ¿pueden los asmáticos realizar ejercicios?
Debe
entenderse que el ejercicio físico es uno de los desencadenantes potenciales de una crisis asmática, tal como lo pudiera ser el polvo. De
allí que se reconozca la situación como Asma Inducida por Ejercicio.
Los
factores a tomar en cuenta y que se relacionan con el ejercicio como forma de
desencadenar el asma son los siguientes:
1.
Los relacionados con el nivel de control de asma, es decir, los niños con la
enfermedad del asma no controlada serán aquellos que menos ejercicios podrán
realizar, por lo tanto, el problema no es el ejercicio sino el mal control de
la enfermedad, probablemente a la no utilización de los medicamentos correctos
y por el tiempo correcto.
2.
Factores condicionantes, relacionados con el ambiente donde se realiza la
actividad física, por ejemplo: la temperatura del sitio donde se realiza el
ejercicio, la presencia de polo o irritantes.
3.
Factores relacionados con el ejercicio propiamente, el tipo de ejercicio, su
intensidad y duración.
Para
prevenir la aparición de problemas relacionados con el ejercicio en el niño
asmático se debe:
- Tomar los medicamentos antiasmáticos
recomendados por el médico para mantener la enfermedad bajo control.
- Realizar
calentamientos progresivos y prolongados.
- Tratar
que el ejercicio se haga en intervalos.
- Realizar
actividades en lugares húmedos y cálidos.
- Lograr mantener la nariz permeable, para
que respiren únicamente por la nariz (no respiración bucal).
- Usar
medicamentos broncodilatadores previo al inicio de las actividades físicas, por
lo menos, 15 minutos antes.
Autor: Dr. Elias Kassisse