En Venezuela, las intoxicaciones por plantas son una causa frecuente de
enfermedad y mortalidad, por lo que son consideradas un problema de salud
pública. Representan el 7% de las consultas de urgencias pediátricas en las
estadísticas del país.
Actualmente, existe una tendencia cada vez mayor a la utilización de las
plantas como sustituto de medicinas, bien sea por tradición familiar, experiencias
previas con su uso, su menor costo con relación a los medicamentos patentados o
la escases de estos, una pretendida mayor inocuidad dado su origen natural,
entre otras. Según la OMS, una planta medicinal es una planta silvestre o
cultivada, utilizada con fines medicinales. Uno de los términos populares más
comunes de los productos con base en plantas medicinales es “guarapo” o “bebedizo”.
Algunos de los componentes químicos de las plantas medicinales se consideran responsables de las intoxicaciones y reacciones adversas cuando se emplean en dosis inadecuadas o por períodos prolongados. Por lo que con el mal uso empeoran las enfermedades para las cuales son suministradas en vez de mejorarlas.
Estos efectos adversos se producen por la administración de infusiones o
decocciones de plantas que son empleadas en trastornos digestivos,
respiratorios, dolores, y otras enfermedades específicas. En la población
venezolana, por sus costumbres caribeñas con influencias africanas, es
frecuente el uso de infusiones de las plantas sin conocer los principios
activos, ni las dosis terapéuticas que son tóxicas para el organismo, agravando
la enfermedad de raíz y provocando complicaciones en el niño, como lesiones
hepáticas, renales, parálisis intestinal con distensión abdominal severa,
convulsiones, deshidratación y muerte.
Algunas de las plantas más frecuentemente utilizadas son anís
estrellado, manzanilla, hierba buena, pasote, cilantro, citrona, atroverán,
fregosa, raíz de onoto, aceite de ricino, piñón, canela, hoja col, caraquillo,
orégano orejón, libertadora, y últimamente, la planta de acetaminofén, entre
otras, como tratamientos automedicados por familiares y/o vecinos, para los
síntomas gripales, cuadros de diarreas, síndrome doloroso abdominal, cólicos
abdominales, hepatitis, y parasitosis intestinal, aparte de la severidad de la
enfermedad y la edad del niño. Otros aspectos determinantes de la toxicidad,
son el número de dosis administradas y la mezcla de hierbas; la frecuencia de
la combinación de plantas es de 64,6 % de las preparaciones.
El diagnóstico de intoxicación por plantas se basa sobre todo en el
reporte del familiar de su administración; por lo que se recomienda a los
padres que no omitan información al
médico, cuando hayan administrado a sus hijos preparaciones de plantas. Es
importante no administrar ninguna infusión o decocción de plantas a nuestros
niños porque ocasionan enfermedades graves e incluso la muerte.
Autor:
Dra. Gremailys Fernández