La adolescencia es la etapa que
comprende la transición de la infancia a la vida adulta, según la Organización
Mundial de la Salud (OMS)
es el periodo comprendido entre los 10 y 19 años. Es una etapa compleja en la
que acontecen cambios importantes, tanto a nivel físico como psicoemocional que
pueden afectar el bienestar nutricional del adolescente, en este periodo se
deben asegurar los aportes adecuados y adoptar las estrategias necesarias para
corregir las conductas de alimentación inadecuadas que con frecuencia se
presentan a esta edad.
La composición corporal del varón cambia por aumento de la musculatura y
en la hembra por aumento de la grasa que hace que los requerimientos de energía
y nutrientes no sólo sean muy elevados, sino diferentes en uno y otro sexo.
Algunas de las características de su alimentación son las siguientes:
· - Comen rápido y muchas veces
fuera del hogar, en establecimientos de comida rápida.
· - Compran y preparan alimentos
por influencia de la publicidad y de sus pares.
· - Ingieren gran cantidad de
alimentos que no nutren (refrescos,
chucherías, entre otros).
· - Omiten comidas,
principalmente el desayuno.
· - Ingieren gran cantidad de calorías
entre comidas, pudiendo adquirir conductas de sobrealimentación, con el posible
desarrollo de obesidad y enfermedades cardiovasculares.
· - Otros, sobre todo las
mujeres, reducen la ingesta de alimentos para mantenerse delgadas.
· - Hacen dietas de moda una y
otra vez para bajar de peso o aumentar sus músculos.
· - El uso de tabaco, alcohol y
drogas en este grupo constituye un problema grave de salud, y los estudios
indican que por su abuso terminan consumiendo cantidades menores de nutrientes,
además por estas prácticas aumentan los requerimientos de algunos de ellos
como: vitamina C, B1, B6,
A, calcio, zinc y folato.
En esta etapa se requieren adecuados aportes energéticos y de micro
nutrientes como hierro, calcio y zinc. Los aportes calóricos y proteicos varían
según la actividad física, edad, sexo y estado de salud. Se debe insistir en el
consumo de alimentos como frutas, vegetales y cereales de granos enteros, para
complementar los alimentos altos en calorías y proteínas que suelen consumir.
Se recomienda una ingesta de leche y/o derivados de entre 3/4 y 1 litro al día, que aportaría la mayor parte del calcio para asegurar un adecuado desarrollo muscular y óseo.
En los deportistas asegurar la ingesta adecuada de carbohidratos y
líquidos, evitar el exceso de proteínas y el uso de las llamadas bebidas
energizantes.
La adolescencia es un buen momento para
adquirir hábitos saludables de alimentación y ejercicio, que pueden contribuir
al bienestar físico y psicológico durante ese periodo y para reducir la
probabilidad de que en la edad adulta aparezcan enfermedades crónicas
relacionadas con la malnutrición. Promover modos de vida sanos también es fundamental
para detener la rápida progresión de la epidemia de obesidad.
Dra. Ruth Meneses